Lujuria the party en DLRO Live, 29 de junio

miércoles, 16 de enero de 2013

Relatos por David Hernandez


 A oscuras

fotografia Carmelo Blázquez

Cuando las luces se apagan todavía consigo ver la silueta de tu cuerpo. Mi imaginación se emborracha ante la visión de tu espalda. La luz de la noche se deja ver por la ventana y se refleja en tu rostro, pudiendo contemplar una de esas sonrisas que me brindas. Sonríes para mí y luego te acercas. Apenas has dado un paso y ya puedo notar como la emoción me va sofocando.
 

La música forma parte de la escena y tus manos bailan sobre mi cuerpo. En ese preciso instante noto tus templadas manos sobre mi espalda y una sonrisa se eleva hasta el techo del salón. El silencio se rompe meticulosamente con el respirar de tus labios. Labios que se sienten libres al tocar los mios. Labios que se convierten en el centro de mis sentimientos, con los cuales puedo decirte todo aquello que tenía guardado para un momento como éste. 

El reloj del salón sigue contando sus minutos, pero lástima que ambos hayamos parado las agujas del tiempo para evocarnos en la fiebre de la noche.
 

Casi enloquezco con la emoción con la que tus rudas manos me acarician la cabeza pero todavía no he logrado susurrar todo aquello que ansío decirte... Abrazados vas bailando con tus labios desde mi cuello hasta mis pies. Ni siquiera eso a lo que llamamos cosquillas permiten despejar de mi mente el elixir de pasión al cual me estoy entregando. Todo surge sin miramientos ni tabúes. Los prejuicios son para aquellos que permiten que la verguenza antes sus semejantes les ruboricen las mejillas, dejando encarcelada la pasión y poniendo obstáculos al amor.
 

Percibo el olor propio que desprende una vela al derretirse pero mis labios están envueltos de una furia incontrolable como si tal noche no pudiera volver a repetirse. Una mirada me demuestra que en ese momento solo existen dos personas en el mundo que se aman como si fuera la primera noche y que se entregan tal como la última...

Orgía de sentimientos que se encaprichan en hacer jugar a mi mente. Mente que no es capaz de ganar la partida al corazón, pues el sentimiento está demostrando ser más firme que lo esperado. Locura efímera que nos manipula como a dos títeres. Locos de pasión, mis ojos cerrados, mis labios entreabiertos y mis manos aprendiendo de nuevo el color del tacto, bailamos juntos el baile del sexo, con mil y un derroche de pasos. Mis latidos se descontrolan, mi cabeza se encuentra como en una noria y mi cuerpo desprende todo el amor derrochado. Momentos en los que se pierde la razón y la vida se paraliza para que puedas disfrutar de uno de los mayores placeres que se nos brinda por ser seres humanos...

Que el corazón de vueltas de campana, que el sexo no tenga prejuicios, que tus manos tiemblen al sentir el tacto de la persona que quieres, pero que la cabeza siga sobre los hombros..Piensa en ti!

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